He decidido terminar con Freud para no dejar las cosas a medias. A partir de ahora intentaré hacer una entrada por día sobre él para terminar con todo el tema del psicoanálisis y así luego poder empezar con la filosofía desde cero.
Un saludo.
El ello es la parte más antigua de nuestra personalidad y por eso mismo es completamente inconsciente y primitiva. El ello es el responsable de todas las llamadas PULSIONES. Las pulsiones son los focos de energía psíquica, es decir, tensiones que tratan de obligar a nuestra voluntad para hacer algo. A partir de las pulsiones se originan los deseos y los impulsos. Por ejemplo, a partir de las pulsiones sexuales se originan los deseos sexuales concretos, como pueda ser el animal. Es, por decirlo de alguna forma, la forma que tiene la naturaleza de obligarnos a hacer algo: buscar comida, querer reproducirnos, defendernos de una agresión… etc. Las pulsiones generan tensiones internas que son las que nos obligan a actuar; por ejemplo, la pulsión que nos impulsa a comer, mientras no es satisfecha genera tensión en forma de irritación, ansiedad, nerviosismo. Esta tensión continúa en aumento hasta que se satisface y se descarga en un objeto. Al satisfacerse una pulsión, la situación generada en el organismo es de satisfacción, plenitud y placer. Estas tensiones son la fuente de la vida activa del animal y suponen el mecanismo biológico que utiliza la naturaleza para asegurarse de que los animales mantienen y acrecientan su vitalidad.
El mecanismo de conducta del ELLO es simple: ante una pulsión determinada, se busca la satisfacción inmediata. Por eso, según Freud, la ley que gobierna la conducta del ello es el PRINCIPIO DEL PLACER: al buscar de la satisfacción de las tensiones, esta liberación produce placer y nos sentimos plenos.
El ello no tiene valores morales ni actúa pensando en los demás, sino que actúa sólo conforme
al principio del placer; eso significa que su conducta va encaminada exclusivamente a conseguir placer y a evitar lo desagradable. Cuando nacemos toda nuestra personalidad
la soporta el ello, solamente tenemos una motivación para nuestra existencia, el placer, es decir, la satisfacción de nuestros instintos. Pero somos inconscientes, no nos damos
cuenta de lo que hacemos. No tendremos conciencia de lo que somos ni de lo que hacemos hasta que desarrollemos el YO, es decir, la conciencia.
Podemos hacer una pequeña lista de las características básicas del ello inconsciente:
-Ausencia de cronología; En el inconsciente la cronología no existe, como tampoco rige en
los sueños. En la vivencia onírica pueden darse casos en que el tiempo y el espacio estén
totalmente ausentes. Todas las tendencias son vividas por el inconsciente en el tiempo actual, incluso cuando se refieren al pasado o al futuro.
-Ausencia de concepto de contradicción; Tampoco tiene el inconsciente un concepto
definido de la contradicción. No opone reparo alguno a la coexistencia de sucesos contrarios.
Pueden existir a la vez un sí y un no. Un amor y un odio, se pueden vivir en forma simultánea sentimientos de odio de amor, sin que uno de los dos desplace o anule al otro ni siquiera en
parte.
-Lenguaje simbólico; Cuando el inconsciente tiene que decir, lo expresa utilizando símbolos.
-Igualdad de valores para la realidad interna y la externa o supremacía de la primera; La realidad interna en los psicóticos y neuróticos tiene tanto o más valor que la externa. El psicótico, que vive la fantasía de ser mujer, tiene en ella algo que es tanto o más valedero que su real personalidad. Por lo tanto, es perfectamente natural que actúe como tal. También el
psicótico que se cree millonario vive una realidad interna más valedera que la externa; está convencido de que ha comprado todos los ríos y los campos del país y en un gesto de generosidad, que en el es auténtico, le regala a un amigo dos estancias y a otro un río entero. Esto, aparentemente, tiene ribetes risueños, pero para el hombre cuya acción psíquica esta condicionada por el proceso primario, es algo tan serio y real como lo serían para un hombre normal.
-Predominio del principio del placer; El hombre normal aprende a esperar y a
acomodarse para conseguir la satisfacción instintiva; en cambio el neurótico y psicótico que se encuentran dominados por el proceso primario, no pueden soportar el displacer, pues las tendencias del inconsciente buscan su satisfacción, sin preocuparse por las consecuencias que ésta pueda deparar. Tal imperativo constituye lo que se denomina predominio de principio del placer. Existe en este plano del aparato psíquico un carácter perentorio que es una cualidad general de los instintos y constituye la esencia de los mismos.
El rincón de pensar.
viernes, 12 de agosto de 2011
martes, 9 de agosto de 2011
ON.
Después de algunos meses sin actualizar volveré más fuerte que nunca.
A partir de ahora el 80% de las entradas irán sobre filosofía ya que ha sido por la carrera que me he decantado y la quiero exprimir (prometo hacerlo ameno y entretenido).
Espero que aquellos que me seguís sigáis haciéndolo y que aquellos que aún no lo hagan se animen.
Un saludo.
A partir de ahora el 80% de las entradas irán sobre filosofía ya que ha sido por la carrera que me he decantado y la quiero exprimir (prometo hacerlo ameno y entretenido).
Espero que aquellos que me seguís sigáis haciéndolo y que aquellos que aún no lo hagan se animen.
Un saludo.
martes, 8 de febrero de 2011
Las Tres Instancias Mentales: “Yo”, “Ello” Y “Superyo”
La primera descripción que hace Freud de la mente humana es esta que acabamos de estudiar: inconsciente,
preconsciente y conciencia. Sin embargo el neurólogo vienés no se quedó aquí y precisó un poco más esta teoría. De forma didáctica podríamos decir que esta delimitación es una descripción topográfica; es decir, divide la mente en tres regiones, cada una de ellas con unas leyes determinadas (que ya veremos). Pero estas regiones están habitadas por tres INSTANCIAS MENTALES, dicho de forma simplificada, por tres habitantes distintos que ocupan la conciencia, el inconsciente y el preconsciente de diferentes formas. A estas tres instancias mentales Freud les da el nombre de ELLO o id, YO, y SUPERYO. Habitualmente el “ello” ocupa la mayoría de la región inconsciente, mientras que Yo y Superyo se mueven por las tres regiones, siendo el yo más presente en el nivel consciente. Sin embargo, estas tres instancias tienen cierta movilidad y, dependiendo de las circunstancias, cambia. De esta forma, el ello o la parte inconsciente del superyo
pueden aflorar al nivel consciente y hacérsenos presentes. Por tanto, el ello, que ocupa la mayor parte del inconsciente, el Yo, que ocuparía la mayoría de la conciencia y una parte del preconsciente y por último el superyo, que se movería entre la conciencia, el inconsciente y el preconsciente.
Nuestra mente y, por tanto lo que somos, sería el resultado de estas tres instancias mentales y sus relaciones en esas tres regiones. Para comprender el mecanismo de nuestra mente y nuestra conducta tendremos que entender como se relacionan estas tres instancias mentales.
preconsciente y conciencia. Sin embargo el neurólogo vienés no se quedó aquí y precisó un poco más esta teoría. De forma didáctica podríamos decir que esta delimitación es una descripción topográfica; es decir, divide la mente en tres regiones, cada una de ellas con unas leyes determinadas (que ya veremos). Pero estas regiones están habitadas por tres INSTANCIAS MENTALES, dicho de forma simplificada, por tres habitantes distintos que ocupan la conciencia, el inconsciente y el preconsciente de diferentes formas. A estas tres instancias mentales Freud les da el nombre de ELLO o id, YO, y SUPERYO. Habitualmente el “ello” ocupa la mayoría de la región inconsciente, mientras que Yo y Superyo se mueven por las tres regiones, siendo el yo más presente en el nivel consciente. Sin embargo, estas tres instancias tienen cierta movilidad y, dependiendo de las circunstancias, cambia. De esta forma, el ello o la parte inconsciente del superyo
pueden aflorar al nivel consciente y hacérsenos presentes. Por tanto, el ello, que ocupa la mayor parte del inconsciente, el Yo, que ocuparía la mayoría de la conciencia y una parte del preconsciente y por último el superyo, que se movería entre la conciencia, el inconsciente y el preconsciente.
Nuestra mente y, por tanto lo que somos, sería el resultado de estas tres instancias mentales y sus relaciones en esas tres regiones. Para comprender el mecanismo de nuestra mente y nuestra conducta tendremos que entender como se relacionan estas tres instancias mentales.
jueves, 3 de febrero de 2011
INCONSCIENTE, PRECONSCIENTE Y CONCIENCIA.
Hola a todos, voy a seguir hoy hablando un poco más de Freud para que nos vayamos metiendo poco a poco en su pensamiento y lo vayamos conociendo un poquito más.
Se aceptan críticas constructivas :)
Según Freud la mente humana estaba dividida en tres grandes regiones mentales, el consciente y el inconsciente y el preconsciente.
El nivel consciente o conciencia es todo aquello que ocurre en nuestra mente de lo que nos damos perfecta cuenta; lo consciente es aquello que percibimos de lo que tenemos un conocimiento pleno, nuestros pensamientos, sentimientos, ideas... etc que reconocemos como nuestros y nos damos cuenta en el momento que los tenemos. La conciencia, que es el nivel consciente del que habla Freud es, al fin y al cabo todo lo que ocurre dentro de nuestra mente
que aceptamos y que somos capaces de comunicar a los demás verbalmente.
El nivel inconsciente o subconsciente coincide con los contenidos mentales que quedan fuera de la conciencia, es decir, aquellos pensamientos, ideas, sentimientos, percepciones etc, de los que no nos damos cuenta que los tenemos, pero que los tenemos. Estos contenidos inconscientes suelen ser impulsos, deseos, recuerdos olvidados y sentimientos que nos resultan tan inaceptables y repugnantes que, a pesar de tenerlos, preferimos ocultarlos de forma inconsciente y no hacerlos presentes en la conciencia... permanecen ocultos en el inconsciente.
Generalmente la psicología ha tratado el inconsciente desde un punto de vista negativo y le ha restado importancia; lo inconsciente era únicamente lo que caía fuera de la conciencia pero no tenía un peso específico dentro de la psique. El psicoanálisis va a cambiar esta idea y va a hacer del inconsciente el núcleo central de la mente humana. Para Freud y sus seguidores es el inconsciente el motor real de nuestra conducta.
Según Freud todos nuestros actos tienen su origen en lo más profundo de nuestro inconsciente. Lo que ocurre es que los verdaderos motivos de estos actos no se presentan en la conciencia de la misma forma que lo hacen en el inconsciente; los instintos, recuerdos e ideas, presentes en nuestro inconsciente pasan a la conciencia convertidos en emociones y sensaciones de menor intensidad.
Así, por ejemplo, Un impulso sexual se vive como una emoción amorosa o un impulso agresivo se traduce y se vive como una emoción colérica. La teoría psicoanalítica considera que los procesos psíquicos son esencialmente inconscientes y que antes de llegar a conscientes deben sufrir un complicado proceso de transformación.
Los procesos inconscientes no tienen las mismas leyes que el resto de los procesos mentales, sino que se gobiernan según leyes propias. Por ejemplo, pensamientos y sentimientos que se daban unidos se dividen o desplazan fuera de su contexto original; un sentimiento de deseo sexual puede desplazarse y presentarse como un sentimiento de agresividad; dos imágenes
o ideas dispares pueden ser reunidas (condensadas) en una sola; los pensamientos pueden ser dramatizados formando imágenes y símbolos, en vez de expresarse como conceptos abstractos, y ciertos objetos pueden ser sustituidos y representados simbólicamente por imágenes de otros, aun cuando el parecido entre el símbolo y lo simbolizado sea vago, o explicarse sólo por su coexistencia en momentos alejados del presente. Las leyes de la lógica, básicas en el pensamiento consciente, dejan de ejercer su dominio en el inconsciente.
El preconsciente es más fácil de explicar; podemos entenderlo como un lugar de tránsito, de paso entre la conciencia y el inconsciente. En el preconsciente se sitúan todos aquellos deseos e ideas que, aún sin estar constantemente en la conciencia, pueden aflorar a ella sin ningún problema. No tienen que sufrir un proceso de transformación. Por ejemplo gran parte de nuestros recuerdos no son inconscientes porque podemos acceder a ellos siempre que queramos, pero tampoco son conscientes completamente porque podemos reservarlos sin cecesidad de estar todo el tiempo rememorándolos. Además el sistema preconsciente garantiza cierta comunicación de la conciencia al subconsciente; aquí está la razón por la cual durante la noche, muchas veces soñamos con algo que hemos vivido durante el día. Estas vivencias desaparecen de nuestra conciencia pero se quedan de forma latente en el preconsciente y de ahí pasan al inconsciente donde forman parte de un sueño.
Se aceptan críticas constructivas :)
Según Freud la mente humana estaba dividida en tres grandes regiones mentales, el consciente y el inconsciente y el preconsciente.
El nivel consciente o conciencia es todo aquello que ocurre en nuestra mente de lo que nos damos perfecta cuenta; lo consciente es aquello que percibimos de lo que tenemos un conocimiento pleno, nuestros pensamientos, sentimientos, ideas... etc que reconocemos como nuestros y nos damos cuenta en el momento que los tenemos. La conciencia, que es el nivel consciente del que habla Freud es, al fin y al cabo todo lo que ocurre dentro de nuestra mente
que aceptamos y que somos capaces de comunicar a los demás verbalmente.
El nivel inconsciente o subconsciente coincide con los contenidos mentales que quedan fuera de la conciencia, es decir, aquellos pensamientos, ideas, sentimientos, percepciones etc, de los que no nos damos cuenta que los tenemos, pero que los tenemos. Estos contenidos inconscientes suelen ser impulsos, deseos, recuerdos olvidados y sentimientos que nos resultan tan inaceptables y repugnantes que, a pesar de tenerlos, preferimos ocultarlos de forma inconsciente y no hacerlos presentes en la conciencia... permanecen ocultos en el inconsciente.
Generalmente la psicología ha tratado el inconsciente desde un punto de vista negativo y le ha restado importancia; lo inconsciente era únicamente lo que caía fuera de la conciencia pero no tenía un peso específico dentro de la psique. El psicoanálisis va a cambiar esta idea y va a hacer del inconsciente el núcleo central de la mente humana. Para Freud y sus seguidores es el inconsciente el motor real de nuestra conducta.
Según Freud todos nuestros actos tienen su origen en lo más profundo de nuestro inconsciente. Lo que ocurre es que los verdaderos motivos de estos actos no se presentan en la conciencia de la misma forma que lo hacen en el inconsciente; los instintos, recuerdos e ideas, presentes en nuestro inconsciente pasan a la conciencia convertidos en emociones y sensaciones de menor intensidad.
Así, por ejemplo, Un impulso sexual se vive como una emoción amorosa o un impulso agresivo se traduce y se vive como una emoción colérica. La teoría psicoanalítica considera que los procesos psíquicos son esencialmente inconscientes y que antes de llegar a conscientes deben sufrir un complicado proceso de transformación.
Los procesos inconscientes no tienen las mismas leyes que el resto de los procesos mentales, sino que se gobiernan según leyes propias. Por ejemplo, pensamientos y sentimientos que se daban unidos se dividen o desplazan fuera de su contexto original; un sentimiento de deseo sexual puede desplazarse y presentarse como un sentimiento de agresividad; dos imágenes
o ideas dispares pueden ser reunidas (condensadas) en una sola; los pensamientos pueden ser dramatizados formando imágenes y símbolos, en vez de expresarse como conceptos abstractos, y ciertos objetos pueden ser sustituidos y representados simbólicamente por imágenes de otros, aun cuando el parecido entre el símbolo y lo simbolizado sea vago, o explicarse sólo por su coexistencia en momentos alejados del presente. Las leyes de la lógica, básicas en el pensamiento consciente, dejan de ejercer su dominio en el inconsciente.
El preconsciente es más fácil de explicar; podemos entenderlo como un lugar de tránsito, de paso entre la conciencia y el inconsciente. En el preconsciente se sitúan todos aquellos deseos e ideas que, aún sin estar constantemente en la conciencia, pueden aflorar a ella sin ningún problema. No tienen que sufrir un proceso de transformación. Por ejemplo gran parte de nuestros recuerdos no son inconscientes porque podemos acceder a ellos siempre que queramos, pero tampoco son conscientes completamente porque podemos reservarlos sin cecesidad de estar todo el tiempo rememorándolos. Además el sistema preconsciente garantiza cierta comunicación de la conciencia al subconsciente; aquí está la razón por la cual durante la noche, muchas veces soñamos con algo que hemos vivido durante el día. Estas vivencias desaparecen de nuestra conciencia pero se quedan de forma latente en el preconsciente y de ahí pasan al inconsciente donde forman parte de un sueño.
martes, 1 de febrero de 2011
Freud y El Psicoanálisis.
A partir de hoy voy a dedicar un tiempo a hablar de Freud y el psicoanálisis, ya que para mi es una de las cosas más importantes de la psicología. Cada día iré poniendo más cosas y así os voy introduciendo en el tema.
Hablaré de cosas como la interpretación de sueños, el inconsciente, la moral... la verdad que son cosas muy interesantes que a todo el mundo le viene bien saber.
Freud y El Psicoanálisis.
El psicoanálisis es la teoría que Sigmund freud y otros desarrollaron a finales del siglo XIX y principios del XX. Se trata de una interpretación global de la mente humana, así como una teoría terapéutica para tratar y curar las enfermedades mentales, que en el psicoanálisis
toman el nombre de “neurosis”. El principal responsable de la teoría psicoanalítica es
Sigmund Freud, un médico vienés que se interesó de forma activa por los tratamientos para curar enfermedades mentales.
Tuvo la oportunidad de estudiar de cerca las enfermedades mentales cuando entró a formar parte del equipo médico del ala de psiquiatría del hospital de Viena. Allí comenzó a desarrollar su original enfoque de los trastornos de personalidad. Oficialmente el psicoanálisis nace
con la publicación en 1893 de sus “Estudios sobre la histeria”, escrito en colaboración con el médico Joseph Breuer. En este estudio los médicos vieneses defienden la idea que será germen de toda la teoría posterior: los periodos de histeria son en realidad descargas violentas de energía emocional reprimida causada por traumas psíquicos olvidados. Los
procesos histéricos liberan esa carga emocional permitiendo al paciente liberarse temporalmente de la tensión acumulada por esos traumas.
Este enfoque anticipaba lo que serían los principales conceptos de la psicología analítica: se insinuaba que el comportamiento desordenado del histérico procede de un suceso olvidado, que continúa ejerciendo efectos a nivel inconsciente, generando frustración, dolor y agresividad. El paciente, desconoce el trauma y desconoce los efectos del trauma, no siente este dolor y esta frustración. Sin embargo, ésta, se libera en forma de crisis de histeria. Freud estaba insinuando algo nuevo en la psicología: puede haber un nivel inconsciente que ejerce un poder enorme sobre nuestra conducta.
En los años siguientes el médico vienés desarrollaría los conceptos fundamentales del psicoanálisis, inconsciente, represión, estructuras yoicas, superyoicas… así como un conjunto de técnicas de acceso a ese desconocido mundo al que denominó “inconsciente”, los sueños, los actos fallidos, la asociación libre, los chistes…
Mañana más :)
lunes, 31 de enero de 2011
David Hume.
Bueno como veis para estrenar esto he decidido hablar de David Hume ya que me parece uno de los autores más interesantes de la filosofía moderna.
Voy a empezar hablando de porqué se creo su filosofía y que es lo que defendía principalmente para que cuando sigamos estudiando al autor no hayan demasiadas dudas acerca de él.
Alguna crítica, pregunta o consejo comentadme y os contestaré a todo.
(Siempre pondré una foto o varias del autor del que hable ya que a mi siempre me ha gustado saber como era la cara y el rostro de la persona que decía las cosas, sobre todo si son grandes genios).
David Hume nació en Edimburgo en 1711 en una familia de lo que hoy llamaríamos «clase media». Su padre se empeñó en que estudiara derecho, y éste cumplió sus deseos aunque siempre se sintió incómodo ya que su verdadera pasión era el estudio de la filosofía.
Decidió entonces darle un giro completo a su vida y dedicarse a su verdadera vocación; al estudio de la filosofía y al desarrollo de su propio pensamiento.
La obra filosófica de Hume fue muy poco reconocida, contrastando con sus escritos sobre historia y política. Su filosofía cobró importancia cuando Kant avaló su trabajo seis años antes de la muerte del empirista escocés.
La filosofía que se desarrolla en la edad moderna está marcada por dos corrientes contrarias, el racionalismo y el empirismo. El iniciador del racionalismo va a ser Descartes; Hume constituye uno de los principales filósofos empiristas.
Descartes es la cristalización del pensamiento renacentista en una nueva visión del mundo. Europa durante siglos había estado dominada por la filosofía cristinana. En esta filosofía la actividad investigadora no era algo libre sino que estaba mediatizada y dirigida por la religión. Los filósofos cristianos tenían como horizonte de sus reflexiones la Biblia. Cualquier reflexión que contradijese las sagradas escrituras por fuerza debían ser falsas. La razón humana no era infalible ya que las conclusiones a las que llegaba el hombre podían ser equivocadas, cuando contradecían las escrituras.
Tampoco era autónoma ya que había verdades que no podía descubrir por ser demasiado elevadas y Dios nos las revelaba a través de la iglesia.
Durante el siglo XVI la filosofía Griega de Platón y Aristóteles se volverá a leer gracias a las copias producidas por los monasterios y a la imprenta de Gutemberg.
Esto hará que cada vez se pongan más de manifiesto las grandes diferencias entre la ciencia y la filosofía y las sagradas escrituras.
El resultado será que los filósofos y científicos reclamarán la autonomía de la razón frente a las verdades de la biblia.
Surgirán muchos pensadores y científicos que reclamarán un modo de entender el mundo mucho más allá de lo escrito en el Antiguo y Nuevo Testamento.
La idea fundamental de la filosofía racionalista va a consistir en la defensa de la absoluta autonomía de la razón por una parte y su infalibilidad por la otra. Descartes defenderá que el hombre, con el solo uso de su intelecto, puede conocer todas las verdades, sin ayuda de las sagradas escrituras. Y si la razón opera siguiendo un método, entonces no puede equivocarse, es infalible.
Descartes toma como modelo de conocimiento la matemática y la geometría, defenderá que la esencia del mundo es matemática y que podemos conocer esa esencia igual que hacemos matemáticas: usando el intelecto sin usar los sentidos.
La razón humana poseía desde el nacimiento ciertas ideas, ideas que Dios había puesto en nuestra alma. Conocer consistia en el desarrollo de tales ideas mediante las matemáticas. El resultado será una filosofía que desprecia el conocimiento de los sentidos y confía en que a la verdad se llega como quien resuelve un problema de geometría.
Este nuevo modelo de la filosofía no va a estar exento de críticas. Los filósofos racionalistas van a hacer filosofía como quien pinta un cuadro con la sola ayuda de su imaginación. Creerán que cualquier cosa que la razón descubra tiene por fuerza que ser verdad.
Por el mero echo de que un pensamiento sea pensable y no contenga contradicciones, creerán que puede ser verdadero. Los racionalistas van a construir ontologías imposibles de justificar.
Algunos de los filósofos británicos comenzarán a pensar que los racionalistas no pueden defender ideas para las que no tienen pruebas, por el mero echo de que sea pensable y racional. Surgirá así el empirismo británico, una filosofía dispuesta a poner límites a la razón desbocada de los filósofos continentales.
Ambos pensamientos coincidirán en el subjetivismo del conocimiento, nuestro conocimiento radica en el conjunto de ideas que podemos concebir.
Se van a diferenciar de forma clara en el origen de tales ideas.
Mientras que los racionalistas piensan que las ideas están presentes en nuestra mente de manera innata y a partir de ellas deducimos todo nuestro conocimiento, los empiristas consideran que nuestras ideas provienen de nuestros sentidos. Piensan que la mente es una pizarra en la que vamos escribiendo a medida que acumulamos experiencias. Criticarán la existencia de las ideas innatas.
En conclusión, mientras que los racionalistas confiarán plenamente en la razón y pensarán que el hombre racional puede desvelar todos los misterios del universo. Los empiristas, con una razón limitada por los sentidos serán mucho menos ambiciosos que los racionalistas cayendo, como es el caso de Hume, en el escepticismo.
El empirismo supondrá una cura de humildad de la filosofía y la ciencia.
31-1-2011
Hola a todos los curiosos o curiosas que hayan descubierto este blog y ahora estén leyéndolo, lo he creado precisamente para eso.
En este blog hablaré de las dos de mis pasiones; La psicología y La filosofía.
Aquí hablaré de autores como Platón, Hume, Freud, Kant... de redacciones que yo haga sobre sus ideas de pensar, de definiciones de términos que utilizan para explicar su filosofía o su pensamiento, etc.
Todo aquel que quiera conocer un poco más sobre estos autores que no dude es suscribirse y en seguirme.
Gracias a todos.
Una mente pensante.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)